Fiesta de la Santísima Trinidad

Celebramos hoy con toda la Iglesia, la fiesta de la Santísima Trinidad.

La Iglesia, a lo largo de los siglos a través de los teólogos ha tratado de explicar este Misterio, pero de manera especial ha tratado de vivir y explicitarlo con la vida, y con obras, más que con palabras. Tenemos vidas ejemplares que pasaron dejando huella en la historia, conscientes de que eran templos de Dios, e Iconos de la Trinidad.

No fueron vidas aisladas, sino que convocaron, tendieron puentes, rompieron cadenas, abrieron puertas, unieron, hermanaros, dieron alas, y fueron sobre todo, una parábola del cielo. Y nos dejaron una forma de vivir: la espiritualidad trinitaria, que impregna la historia de salvación, y empapa la tierra de semillas de cielo. Se trata de un estilo de vida, un modo de ser y de hacer, una manera de estar en el mundo y de actuar en el mundo. Esta espiritualidad surge de contemplar a Jesús bajo el Misterio Trinitario.

Es así como nos ha llegado a nosotras, las Trinitarias, a través de la vida que emana en aquellos que contemplaron a este Cristo trinitario, su vida y su misión, y se dejaron acariciar por EL AMOR de donde todo procede, emanando ese Amor hasta abrazar a todos los hermanos que encontraban en el camino.. El Padre Méndez y Madre Mariana fueron llamados a abrir la primera puerta de las Casas de la Trinidad para jóvenes necesitadas.

La primera decisión que se tomaron fue poner la Fundación bajo la protección de la Santísima Trinidad. En esta fiesta queremos dar gracias al Padre, por el Hijo en el Espíritu Santo por nuestro carisma y por todos los dones que ha concedido a nuestro Instituto, y pedimos gracia para vivir con profundidad este misterio Trinitario y transmitirlo a todas las personas que se relacionan con nosotras. Nos unimos en este día  a todos nuestros hermanos y hermanas de la familia Trinitaria, a todas las jóvenes que viven en nuestras residencias, en nuestros hogares y centros de acogida y a todos que de una forma u otra se relacionan con nosotras.