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Alguien me dijo un día; ¿y tu Belén, donde trabajas? yo conteste: soy una privilegiada porque trabajo en lugar donde recibo lecciones todos los días sobre superación personal……

Me llamo Belén Mañá Benarroch, soy Licenciada en Psicología y tengo la suerte de llevar 16 años trabajando como Educadora Social y Psicóloga en dos Centros de Hermanas Trinitarias en Madrid destinados a mujeres jóvenes que hayan sufrido maltrato familiar y/o exclusión social.

Durante este largo recorrido, he sido testigo directo en cada nueva entrevista de acceso al centro del sufrimiento que han vivido todas ellas. Un sufrimiento al que no me acostumbro, llegando a emocionarme con las jóvenes en muchas ocasiones. “Todavía no entiendo porque me han tratado tan mal ¿qué he hecho yo?, necesito que me lo expliquen…” “Mi madre no me protegió de los abusos de mi padre, me dejaba sola con él, aunque yo temblaba cuando se iba y ella sabia mi miedo….” “He visto a mi madre borracha toda la vida , tirada en el sofá , llorando y bebiendo” “Yo no tengo padre , un padre cuida a sus hijos y les protege, el mío solo nos pega y nos insulta, es el demonio”

Nuestras jóvenes están marcadas por entornos familiares donde han sido víctimas o testigos del maltrato físico, sexual o psicológico que han ejercido sobre ellas las personas que deberían haber sido sus vínculos afectivos más sólidos: padre , madre, abuelos, tíos, hermanos, etc… personas encargadas de su protección que no protegen sino insultan, engañan, pegan, abusan, chillan, abandonan, controlan, paralizan, explotan, atemorizan o culpabilizan…… y todo esto se realiza en su casa de puertas para adentro y es silenciado por la niña o la adolescente hasta que tienen la suerte de que alguien del exterior se dé cuenta de que la niña o la joven está rota en mil pedazos. “No quiero celebrar mi cumpleaños, estoy de acuerdo con lo que dice mi padre : No tenía que haber nacido… ” “No puedo más, estoy harta de sufrir, ¿por qué no me dejan tranquila? Ni aun estando separada de ellos puedo dormir, ¡tengo pesadillas todas las noches!.. Esta vida no es para mí, me quiero morir…”

Es un colectivo complicado, muy vulnerable a sufrir todo tipo de enfermedades mentales (depresión, ansiedad, suicidios, adicciones, psicosis, trastornos de la personalidad, ataques de ira, inestabilidad emocional, anorexia, bulimia, etc..) Pero es apasionante ver su transformación. Cuando llegan al centro, en un entorno estable y seguro, con personas que les demuestran confianza, apoyo y seguridad, empiezan a sentir la necesidad de recuperar el tiempo perdido, la sensación de dignidad y el control sobre su futuro, pero sufren muchas recaídas, por ello necesitan un recurso que les proporcione estabilidad durante el tiempo necesario para alcanzar su autonomía. “Estoy vacía, no sé ni quién soy, el no ser una hija querida, ser golpeada y maltratada me ha condicionado la vida… me han destruido el pasado pero no me pueden robar mi futuro” Por ello, existen estos centros en las mejores zonas de Madrid , donde las chicas pueden permanecer dos años , aquí recuperan su dignidad perdida , viven en un ambiente residencial rodeadas de jardines, en habitaciones individuales con baño dentro.

Aquí están cuidadas y protegidas por las hermanas 24 horas del dia, 365 días al año, además tienen a su disposición a un equipo profesional, para realizar un proyecto de intervención con cada una de ellas, las preparamos para salir adelante con herramientas con las que enfrentarse al futuro. Nos centramos en su daño psicológico, en su competencia profesional, en su formación y en su autonomía económica, así en dos años pueden llegar a estar preparadas para salir al exterior, transformadas en mujeres RESILIENTES (capacidad para afrontar situaciones traumáticas y salir fortalecidas). “ La culpa no me deja vivir, me han convencido de que soy una mala hija , una mala musulmana , una mala persona,… al final me he dado cuenta que me han protegido y comprendido personas que no son de mi propia religión… gracias a ellas, he podido seguir luchando”

Aquí, empiezan a ponerle nombre a su sufrimiento interno, comienzan a trabajar y a ganar dinero. Se las empodera, reforzando su autoestima para que nunca más vuelvan a colocarse en situación de dependencia y las vuelvan a maltratar. Nuestro trabajo se basa en la PREVENCIÓN. “Pensaba que mi novio era la salvación …que al fin alguien me iba a proteger , cuando empezó a tratarme mal no me di cuenta porque era lo mismo que había vivido en mi casa….. No supe diferenciarlo, fue en Trinitarias donde fui consciente de que eso NO era AMOR”

Después de 16 años me sigue encantando estar rodeada de ellas, escuchar sus risas y confrontar sus enfados o sus peleas, llevar sus terapias psicológicas, hacer el seguimiento de sus logros y ver como salen adelante, es para mí un orgullo. Ya lo decía el Padre fundador de las Trinitarias. “No importa lo que han sido sino lo que pueden llegar a ser” P. Mende z. Casariego.

Belén Mañá Benarroch.

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