Testimonio de vida

Cuando quedé embarazada, no tenía a nadie” recuerda Claire Crawford, una joven madre de Misisipi (Estados Unidos) que, a pesar de tener todo en contra rechazó el aborto a sus 18 años. Su testimonio ha sido recogido en el blog de la plataforma pro-vida estadounidense Estudiantes por la Vida (Students for Life).
“Vengo de una gran familia” relata la joven. “Mis padres cometieron errores, como todos, pero siempre me dieron todo lo que necesitaba. Mi papá incluso creó un fondo para mi universidad cuando era una bebé. Siempre he vivido en buenos vecindarios. Manejaba un auto bonito y fui a una buena escuela”.
A pesar de todo esto, lamenta, “cuando quedé embarazada, no tenía a nadie. Hice elecciones anteriores a quedar embarazada que me pusieron en esa situación. Ni siquiera podía verdaderamente creer que estaba embarazada”.

Claire señala que “el papá de mi bebé y yo tuvimos una relación difícil. Pero él era todo lo que tenía. Eventualmente rompimos cuando yo tenía cerca de 7 meses de embarazo”.

Pero su complicada situación no fue un pretexto para acabar con la vida de su bebé.
“Incluso sin un trabajo, auto o dinero, sabía que quería tener a mi bebé, e iba a trabajar tan duro como fuera necesario para asegurarme de que eso sucediera. ‘Donde hay voluntad, hay un camino’ era mi frase favorita para decirle a quienes me cuestionaban”, recuerda.

Durante su embarazo, escribe Claire, “hubo muchos días en que lloré duramente”, e incluso hubo ocasiones “en que dije que debería tener (o haber tenido) un aborto. Le rogaba a Dios que me ayudara”.
Anja, una estudiante pro-vida con quien desarrolló una gran amistad, llevó a Claire a un Center for Pregnancy Choices (CPC, centro pro-vida) donde le realizaron una ecografía gratuita. Tenía entonces 11 semanas y 6 días de embarazo.
“Vi a mi pequeño bebé. Vi su corazón latir. Me reí nerviosamente, intentando contener mis lágrimas, mientras veía a mi pequeño bebé saltar y bailar. Ahí es cuando supe que iba a hacer esto, cueste lo que cueste”.
Pero las dificultades no cesaron, y en muchas ocasiones pusieron a prueba su confianza en sí misma.

“Dejé la universidad y perdí mis dos trabajos cuando tenía cinco meses de embarazo, aún sin saber qué iba a hacer o cómo iba a proveer a mi bebé con solo un poco de ahorros. Recé a Dios para que me guiara para hacer lo que fuera mejor para mi hijo”.
Claire hace una confesión adicional. “Estoy avergonzada de admitirlo ahora, pero voy a ser real. Aún había veces en las que deseaba haber abortado a mi bebé”. Sin embargo, recuerda, su amiga Anja estaba ahí para ayudarla en lo que necesitara.
A las 16 semanas de embarazo, Claire le contó a su madre que estaba esperando un bebé. La noticia revitalizó la relación y ella pudo volver al hogar materno para su cumpleaños 18, cuando tenía 8 meses de embarazo.
“Mi mamá le compró a Taylan sus primeras mantas, baberos, pijamas, etc. Tomó un tiempo largo, pero ella finalmente aceptó mi embarazo y estaba oficialmente emocionada de ser abuela por primera vez”.
El 30 de julio de este año nació el pequeño Taylan. A pesar de que “aún hay desafíos y momentos difíciles”, Claire asegura que “mi vida sin él sería nada”.
Para Claire, compartir su historia podría ayudar a darle a alguien “esa onza de esperanza que necesitan para salir adelante”.
“Mi embarazo estuvo lleno de algunos de los momentos más difíciles de mi vida, pero ha tenido el mejor resultado. Hago cerca del 98 por ciento por mi cuenta con poca ayuda. Pero totalmente lo vale. Nunca he amado tanto mi vida”,


 

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