Acudamos a María

Hijas mías: Busquemos quien nos acompañe y lleve de la mano, quien nos aconseje lo que hemos de hacer, para no flaquear ni caer en la tentación.
¿Quién es este guía? Fácil es comprenderlo, María, la Santísima Virgen, que al mismo tiempo que es Madre de Dios es nuestra Madre, a ella acudamos pidiéndola consejos, y sigamos a ciegas lo que nos diga que su consejo será de vida eterna.

(Carta XXIX)