
Con el Miércoles de Ceniza se inicia la Cuaresma, los 40 días en los que la Iglesia llama a los fieles a la conversión y a prepararse para vivir los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo en la Semana Santa.
El Miércoles de Ceniza, se impone en la frente la ceniza hecha de las palmas bendecidas en el Domingo de Ramos del año anterior.
La imposición de las cenizas surge en los primeros siglos del cristianismo, entonces existía la tradición de imponer la ceniza en la cabeza de algunas personas que se arrepentían de sus pecados y se presentaban ante la comunidad con un “hábito penitencial” para recibir el Sacramento de la Reconciliación el Jueves Santo. La Cuaresma adquirió un sentido penitencial para todos los cristianos casi 400 años D.C. y a partir del siglo XI, la Iglesia en Roma impone las cenizas al inicio de este tiempo.
La ceniza es el producto de la combustión de algo por el fuego. Ésta adoptó muy pronto un sentido simbólico de muerte, caducidad, pero también de humildad y penitencia. La ceniza, como signo de humildad, le recuerda al cristiano su origen y su fin: "Dios formó al hombre con polvo de la tierra" (Gn 2,7); "hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste hecho" (Gn 3,19).
Para la ceremonia se queman los restos de las palmas bendecidas el Domingo de Ramos del año anterior. Estas son rociadas con agua bendita y luego aromatizadas con incienso. En la Eucaristía las cenizas son impuestas en la frente, haciendo la señal de la cruz con ellas mientras el ministro dice las palabras bíblicas: «Acuérdate que eres polvo y en polvo te convertirás», o «Conviértete y cree en el Evangelio». La ceniza es un símbolo que nos recuerda la necesidad que tenemos de la misericordia de Dios.
Cuando no hay sacerdote la imposición de cenizas puede realizarse sin Misa, de forma extraordinaria. Sin embargo, es recomendable que al acto se preceda con una liturgia de la palabra.
El Miércoles de Ceniza no es día de precepto y por lo tanto la imposición de ceniza no es obligatoria. Sin embargo, es día de ayuno y de abstinencia, como el Viernes Santo.