Porqué padecemos tristeza

Hija mía; muchas veces padecemos tristezas, otras muchas disgustos, y casi de continuo contrariedades, pues bien; si quiere averiguar la causa de tales cosas poco tiene que discurrir, la encontrará en la falta de caridad y de unión; de esa caridad que tanto pondera San Pablo y cuyos oficios son tan excelentes que la hacen tan agradable a todos los mortales.
 Sí, por esta falta de caridad, esto es de amor a Dios y de amor a nuestros prójimos, nos resentimos y nos disgustamos a cualquier palabra que nos digan, por esta misma falta de caridad, tomamos a mal cualquier acción y por esta falta de caridad se habla lo que no se debe.
Formemos, pues el propósito, Hija mía muy amada, de practicar la caridad. Disimulando los defectos ajenos con el manto de la caridad y curándolos con la oración y la corrección fraterna como lo manda el mismo Redentor.
Esto es lo que San Pablo dice que “la caridad todo lo sufre, todo lo tolera, no piensa mal de nadie, antes bien de todos”.
                                                                                                                                                                                           (Cftar. XXVIII)